EL DES-CONCIERTO

Esta entrada es a pedido de mi gran amigo Feliciano.


Anoche estaba viendo algunos blogs y en el Fresco pa Chomba del benemérito, Tato Rizzi, encuentro una publicación de un recital que ofreció Charly Garcia en la ciudad de Villa María.


De allí se me vinieron muchos recuerdos de aquella increíble juventud que vivimos ...


En el verano de 1999 se conoció la noticia que el rockero tocaba en el Club Ameghino de la ciudad de la que, la mayoría de mis amigos de ese entonces, eran oriundos.


Me tome un micro y en dos horas estábamos todos reunidos en casa de Roberto. Al Bati se le ocurrió llamar al hotel Presidente, donde Garcia estaba alojado, nos dieron con la habitación. La conversación que mantuvimos con los hospedados de aquella habitación fue para mi la más surrealista que he mantenido en la vida.


Llegada la hora del concierto estuvimos haciendo cola en el club social, hicimos la previa como correspondía y una vez adentro nos desoló ver la ubicación de sillas en frente del escenario que después de dos horas de espera una vez que salió Charly volaron a la mierda, "volaron a la mierda" literalmente.


El calor era insoportable, no se podía más, sin embargo nos agolpamos en el escenario y allí nos perdimos todos, cada uno de nosotros experimentaba su propio recital como exclusivo.


Parecía como si el público estuviera bajo los efectos de una amalgama de vahos. En ese momento no nos importaba nada, ni siquiera el descontrol que fue constante. Yo nunca toque el piso del lugar, recuerdo estar colgada del escenario casi aferrándome de los pies de la mismísima María Gabriela Epumer.


Salíamos de la multitud a tomar aire contaminado y volvíamos a las tablas de escenario, como naufragos. En una de esas salidas lo encontré a Luciano Menardo, un ser que en ese entonces era fanático de Garcia tanto como yo, (quien también me hizo probar el fernet con fanta); emocionada le di un abrazo y eso fue extraño ya que siempre lo asocie a una frase de una canción de Charly que dice: " el nunca toca a la gente con las manos, él siempre pasa de costado". No lo volví a ver más.


Después en la última canción me sacaron en andas contra mi voluntad, estaba totalmente sudada y casi en el estado de desmayo, pero con una sonrisa.


Ese recital fue una marca que muchos de los que estuvimos parece que nos connota cosas.

Hagan el favor de acercarse a http://frescopachomba.blogspot.com/ y corroboren parte de es historia en la entrada "llegar tarde, o no"