sábado, 28 de junio de 2008

TESTIGO OCULAR




El reloj en la pared daban casi las 6 de la mañana. Me dirigía a limpiar los inmundos baños, llenos de borrachos, mi arma era un balde con mucho detergente y lavandina.
Entre a realizar mi tarea, esquivando los cadáveres y corriéndole sus cabezas de los mejitorios.
_ ¡Vamos amigos!. A levantar la poca dignidad que les queda y vayanse a sus guaridas.
Algunos se levantaban y se iban, otros balbuceaban insultos y también se marchaban.
Echaba el líquido letal por todo el baño y listo.
En las mesas quedaban algunos jugando a las cartas, otros terminaban con las narices en los vasos.
El mismo paisaje viciado de todas las malditas noches. Con la rocola que pasaba música mezclandose con el murmullo.
En medio de nubes de humo y lúz ténue entró con los ojos inyectados en odio, trastabillo hasta quedar en una mesa, todos sorprendidos por la manera de llegar nos quedamos mirando.
_¿ Que miran malditos hijos de puta?._ Dijo gritando. _ ¡Malditos hijos de puta!!. Todos._ Se levanto y miro a uno, se acerco con paso firme y le escupió en la solapa del traje, pateo una silla y volvió a la mesa.
_ Vamos sigan haciendo sus cosas que no soy yo la atracción del lugar.
El cantinero no se animó a decirle que ya cerrábamos.
_ ¡Hey!!. Quiero un whisky, sin hielo._ Le sirvieron su pedido.

Lo tomó de un sorbo y pidió dos más. Miró por la ventana y sus puños sobre la mesa marcaban un resentimiento infernal.
Quedaban los tres de siempre el cantinero y yo, que estaba lavando los vasos.
Termino de tomar su tercer vaso, que destruyo entre su mano tiñendo los cristales de sangre, tomo un pañuelo se vendo, se dirigió a la barra pago sus tragos y cuando llegaba a la puerta uno de los imbéciles se rió, camino en dirección a este imbécil y le pego tal trompada que lo dejo tirado en el suelo bajo sus pies, le pateo la cabeza y se fue.
Las campanas de la iglesia llamaban a los fieles, ninguno de los que estábamos allí concurriríamos, el demonio se nos había presentado en ese antro. Era una mujer ... estaba enojada.

9 comentarios:

el_iluso_careta dijo...

BUEN POST...

ramblerto dijo...

puedo ir al bar ese?
aunque no tomo.. no sé.. aunque sea a respirar ese aire..
esas escenas de bares son grosas.
diría que lo de la mujer es groso, pero no lo es, así como tampoco lo es lo de los hombres.. es normal y a veces triste.. y a veces debe ser necesario.. supongo.. tambien supongo porue en situaciones parecidas se ve que canalicé las cosas deotro modo que no recuerdo porque cada vez que uno sufre no sabe que mierda hacer..
pero tampoco puede pasar desaparecibida la mujer.. porque seguro con algún hombre de ahí.. deben ser de lo más rescatable y lo que más valga la pena..

un abrazo!
me gustó mucho el post!

rambla (y sabes porque rambla)
cuando vaya de noche de taberna te aviso jajaja..
pero solo sureña.. y solo en son de actitud Ronnie..

Anónimo dijo...

qué buen post negrus!!!

Me encantan las historias de bares de mala muerte.

Como casi nunca digo: más vale un bar de mala muerte y no una iglesia colmada de fieles...

amén!

ChaPa ((( 22 ))) dijo...

Fuck! Que flash... Un demonió mujer... Que buena onda... Fijate que la sociedad está tan machista (me incluyo) que todas las cosas o personas que son de gran peso en la historia son/son de hombres. Mirá: la mujer que mira fútbol, la tíldan como machona, dios es hombre (¿quién dice?), el diablo es hombre (¿quién dice?), el Buda es hombre, Jesus es hombre... Y seguiría... Todo es de nosotros, ya me molesta eso... Bueno, me fuí un poco del post, me gustó, muy bueno... No te ofendas con lo que digo!!!

ChaPa ((( 22 )))

Lucas dijo...

Un demonio mujer o una mujer demonio? Espero no toparme con esa mujer!
Saludos!

Anónimo dijo...

Increible.
Me encantó encantó.
Esa es una inconveniente.
Invitala que mejor tenerla de amiga.

el winco verbal dijo...

gracias a todos.
Pero que cagones que son. el demonio era una mujer, no una mujer demonio.
Alguna vez se les vas a presentar ajajajajjaja, si es que ya no se les corporizó.

Feliciano Tisera dijo...

Talento.

PDR dijo...

es tu voz la que escucho para terminar de sentir el espanto de estar unidos por vasos, demonios y bares de pesima muerte
besos de lavandina